lunes, 2 de enero de 2012

Fotografíate chupando un pomo de una puerta, hazme caso

Una de las frases que utilizo a menudo (más de lo que desearía) es la de “en el mundo no cabe ni un tonto más”.  Siempre, por supuesto, bajo la mayor de las tolerancias. Pero es que hay cada cosa… La última que me he encontrado vagando por este mundo de la red proviene de Japón, un país que por mucho que nos propongamos entenderlo, tiene aspectos de su cultura que con ellos aquí nos echaríamos las manos a la cabeza.

Esta tendencia de moda en el país nipón, con la inestimable colaboración de internet, es la de que muchacha se fotografíen chupando, besando o lamiendo el pomo o tirador de una puerta. Sí, como lo leen. Esta escena fotografiada por cada vez más jovencitas japonesas tiene el nombre de “doorknob shojo”. Encontrar el origen de este movimiento es complicado, pero todo apunta a que fue una fotógrafa de 21 años llamada Ryuko Azuma que, tras una borrachera (mira que esto no me extraña en absoluto), preguntó a través de su twitter si podría convertirse en una tendencia fotografiarse lamiendo un pomo. Acto seguido una follower respondió con la primera de esas instantáneas que, debidamente viralizada, fue teniendo más adeptas hasta el día de hoy.


Aquí en España no pasamos aún de los típicos morritos para el perfil del Facebook y álbumes varios. Después de esto, a saber qué será lo próximo.




jueves, 8 de diciembre de 2011

Cádiz. Agua quieta, mar tranquilo.

Para aquellos que añoren las imágenes de este magnífico lugar llamado Cádiz.

Estaba el mar tranquilo, en paz el cielo,
luz divina y terrena los fundía
en clara plata oro inmensidad,
en doble y sola realidad;
una isla flotaba entre los dos,
en los dos y en ninguno, y una gota
de alto iris perla gris temblaba en ella.
                                                     (Juan Ramón Jiménez)





El primero en ver más allá




Galileo Galilei (1564-1642)

Bajando persianas anoche antes de ir a dormir, no pude evitar mirar hacia la Luna que aparecía en el limpio cielo gaditano. A su lado, con un fulgor de diamante, Júpiter. Nuestro satélite y uno de los planetas de nuestro sistema solar cercano uno del otro para mi visión pero con una distancia real entre ellos de casi 600.000.000 kilómetros.

Hoy, que se descubren exoplanetas a millones de años luz, hablar de la Luna y Júpiter es como hacerlo de algo que está a la vuelta de la esquina. Pero hace nada, 4 siglos, un hombre llamado Galileo Galei era el primero en mirar más allá del firmamento gracias a un telescopio de 30 aumento construido por él mismo. Y lo que vio le dejó fascinado. Es imposible ni siquiera acercarse a lo que pudo pasar por la cabeza de aquel genio cuando vio por primera vez la Luna en aquella veneciana noche de Septiembre de 1610. En una humanidad en la que la Fe absorbía aún a la ciencia, observar a nuestro satélite como nadie lo había hecho debió ser lo más parecido a estar viviendo un sueño mágico difícil de entender. Una Luna que era arrugada, con cráteres, con irregularidades, como nuestro planeta.